10 julio 2007


Lamento Boliviano

Como consecuencia de la ruinosa derrota que sufrió Bolivia, en la guerra contra el Paraguay (1932-1935), la corrupción e ineptitud del ejército y de la clase política, se exhibieron impúdicamente ante toda la sociedad,

Por Daniel Hector

Como contrapartida, se despertó un fuerte sentido nacionalista entre la oficialidad joven del ejército y amplios sectores de la sociedad. Luego de una larga huelga general, que finalizó en golpe de estado, asumió el coronel David Toro (1936), quien dio muestras de realizar algunas reformas sociales, e instaurar una suerte de estado socialista de derecha. Determinó intempestivamente la caducidad de la concesión petrolera a la multinacional Estándar Oil, acusándola de ser la instigadora de la guerra, con el fin de asegurarse importantes reservas petroleras. Esto significó una fuerte indemnización que el gobierno boliviano debió pagar a la empresa. En 1939, el nacionalista Germán Busch derrocó a Toro y fue elegido presidente, al asumir dictó un código de trabajo que establecía salarios mínimos, jornada laboral de 8 horas, descanso dominical, asistencia médica y demás, se enfrentó decididamente con la Rosca (la oligarquía minera y terrateniente junto a sus representantes). El 7 de junio firmó un decreto nacionalizando las minas, lo que significó su fin. Tras el dudoso suicidio de Busch, retornó la Rosca oligárquica al poder, de la mano del nuevo presidente electo, Peñaranda. En 1941 un grupo de diputados independientes y nacionalistas, liderados por Víctor Paz Estenssoro conformaron el Movimiento nacional revolucionario (MNR), que fue tildado de Nazi por los sectores liberales y de la izquierda. La segunda guerra Mundial asolaba al mundo, y la prensa aliada hablaba de un plan alemán para establecer su hegemonía en Latinoamérica. El MNR, fue acusado de ser parte de la conspiración y declarado ilegal. Una huelga de mineros en Catavi, en reclamo por mejoras en las condiciones de trabajo inhumanas de los mineros, concluyó en una masacre, con 400 trabajadores asesinados. En diciembre de 1943, un golpe cívico-militar llevó al poder a una junta integrada por miembros de logias militares ultra-nacionalistas y miembros del (MNR), presidida por el mayor Gualberto Villarroel. Este golpe es considerado una proyección del que llevó al poder al general Pedro Ramirez en la Argentina, organizado por una logia militar llamada Grupo de Oficiales Unidos (GOU), donde un joven coronel llamado Juan Perón había tenido activa participación. El gobierno de Villaroel, si bien aplicó medidas que tendieron a mejorar la condición social del indio y de los obreros, no atacó al problema central de la posesión de la tierra En un país donde coexistían dos formas de propiedad, las ancestrales comunidades agrarias (ayllu) y los grandes latifundios, la pequeña propiedad casi no existía. Cuando los indígenas reclamaron por tierra, ocupando haciendas ociosas para trabajarlas, fueron reprimidos violentamente, como sucedió en la masacre de Canchas en 1945.

Similar a lo sucedido en la Argentina, con la formación de la Unión Democrática, que aglutinó a sectores liberales, tradicionales, progresistas y de la izquierda, que enfrentaban a los sectores ligados al ejército y la iglesia, liderados por Juan Perón (acusados de ser nazis). En Bolivia se motorizó el Frente Democrático Antifascista, en donde confluían sectores de la rosca oligárquica, junto a los del partido comunista y de la izquierda.
La caída de Villarroel no se hizo esperar, en julio de 1946 estalló la rebelión. Convocadas las elecciones, fue consagrado Enrique Herzog, y con éste, otra vez la rosca al poder. Durante este gobierno sumamente antipopular, se sucedieron las mayores masacres obreras y campesinas, reinaron impunemente la represión, la censura, los asesinatos, los secuestros, las desapariciones, y en consecuencia las masas se radicalizaron aceleradamente.

En 1951 se llamó a elecciones, el MNR con Víctor Paz Estensoro como candidato a presidente, ganó holgadamente los comicios, a pesar de las condiciones fraudulentas en que se desarrollaron, ya que a los analfabetos, (la gran mayoría de la población) no les estaba permitido votar. Mediante un autogolpe, una Junta militar anuló el acto electoral.

El MNR, a espaldas del pueblo, entró en negociaciones con sectores del ejército que le eran afines para planear un contragolpe, la conspiración fracasó. Al observar impávidos la impotencia de sus dirigentes, las masas espontáneamente decidieron tomar la delantera. El 8 de abril estalló la rebelión popular, el general Ballivián, enfrentó la revuelta y se produjeron los primeros choques sangrientos. Durante tres días la situación fue confusa, hasta que las masas ganaron la calle, los mineros a la cabeza y miles y miles de trabajadores, poniéndole el pecho a las armas del ejército. Los cartuchos de dinamita de los mineros eran el único y casi simbólico armamento. Mientras Estenssoro, negociaba con los militares, el pueblo tomaba por asalto los cuarteles, finalmente, los soldados apabullados se rindieron. El triunfo había sido muy costoso, se calcula que murieron alrededor de tres mil personas, pero por primera vez la dignidad de un pueblo americano, se había elevado como estandarte en la lucha por la liberación.En este contexto, Estenssoro regresó de su exilio en la Argentina y así el MNR inauguró su primer gobierno. Un gobierno tímido, que no estuvo a la altura de los tiempos históricos que le tocó vivir. Luego de algunos ensayos reformistas, Estenssoro solicitó socorro económico a los EEUU, y como era de prever, la potencia del norte le aplicó el consabido abrazo del oso.

Mientras estos avatares agitaban a Bolivia, el futuro comandante hacía su paso por ella. De acuerdo a las crónicas quedó muy impresionado al ver como un pueblo sometido, pero dueño de su identidad, combatía orgulloso y, derrotaba a un ejército profesional. Seguramente estas impresiones fueron de importancia, a la hora de su decisión de volver a pisar esta tierra, pero esta vez ya no, como un simple espectador, sino como: el Che, el soldado de América.