Lamento Boliviano
Como consecuencia de la ruinosa derrota que sufrió Bolivia, en la guerra contra el Paraguay (1932-1935), la corrupción e ineptitud del ejército y de la clase política, se exhibieron impúdicamente ante toda la sociedad,
Por Daniel Hector
Como contrapartida, se despertó un fuerte sentido nacionalista entre la oficialidad joven del ejército y amplios sectores de la sociedad. Luego de una larga huelga general, que finalizó en golpe de estado, asumió el coronel David Toro (1936), quien dio muestras de realizar algunas reformas sociales, e instaurar una suerte de estado socialista de derecha. Determinó intempestivamente la caducidad de la concesión petrolera a la multinacional Estándar Oil, acusándola de ser la instigadora de la guerra, con el fin de asegurarse importantes reservas petroleras. Esto significó una fuerte indemnización que el gobierno boliviano debió pagar a la empresa. En 1939, el nacionalista Germán Busch derrocó a Toro y fue elegido presidente, al asumir dictó un código de trabajo que establecía salarios mínimos, jornada laboral de 8 horas, descanso dominical, asistencia médica y demás, se enfrentó decididamente con
Similar a lo sucedido en
La caída de Villarroel no se hizo esperar, en julio de 1946 estalló la rebelión. Convocadas las elecciones, fue consagrado Enrique Herzog, y con éste, otra vez la rosca al poder. Durante este gobierno sumamente antipopular, se sucedieron las mayores masacres obreras y campesinas, reinaron impunemente la represión, la censura, los asesinatos, los secuestros, las desapariciones, y en consecuencia las masas se radicalizaron aceleradamente.
En 1951 se llamó a elecciones, el MNR con Víctor Paz Estensoro como candidato a presidente, ganó holgadamente los comicios, a pesar de las condiciones fraudulentas en que se desarrollaron, ya que a los analfabetos, (la gran mayoría de la población) no les estaba permitido votar. Mediante un autogolpe, una Junta militar anuló el acto electoral.
El MNR, a espaldas del pueblo, entró en negociaciones con sectores del ejército que le eran afines para planear un contragolpe, la conspiración fracasó. Al observar impávidos la impotencia de sus dirigentes, las masas espontáneamente decidieron tomar la delantera. El 8 de abril estalló la rebelión popular, el general Ballivián, enfrentó la revuelta y se produjeron los primeros choques sangrientos. Durante tres días la situación fue confusa, hasta que las masas ganaron la calle, los mineros a la cabeza y miles y miles de trabajadores, poniéndole el pecho a las armas del ejército. Los cartuchos de dinamita de los mineros eran el único y casi simbólico armamento. Mientras Estenssoro, negociaba con los militares, el pueblo tomaba por asalto los cuarteles, finalmente, los soldados apabullados se rindieron. El triunfo había sido muy costoso, se calcula que murieron alrededor de tres mil personas, pero por primera vez la dignidad de un pueblo americano, se había elevado como estandarte en la lucha por la liberación.En este contexto, Estenssoro regresó de su exilio en
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